Recientemente El Congreso de los Diputados ha aprobado la inclusión de la asignatura ‘Ajedrez’ en el horario escolar. Para los aficionados y profesionales que estamos ligados al mundo del ajedrez, esta es una oportunidad única para demostrar algo muy importante en lo que creemos: el ajedrez puede ser útil para formar y educar a los niños y niñas españoles, especialmente si se hace desde edades tempranas. Es bien sabido cómo a través del juego del ajedrez se pueden inculcar procedimientos lógico- matemáticos, así como promover la mejora de sus razonamientos, algo que a su vez puede incidir en la mejor adaptación académica en asignaturas como Lengua y Matemáticas. Además, también se valora del juego algo muy importante, como es la toma de decisiones y el carácter autosuficiente que puede desarrollar en los alumnos. Si todo esto somos capaces de inculcarlo a través de un juego milenario, de una forma amena y divertida, es probable que podamos aportar mejoras en los futuros resultados académicos del alumnado.
Tras la aprobación del Parlamento español aún queda un importante camino por recorrer. Para empezar, lo más inmediato deben ser las conclusiones a las que se llegue en la Comisión Territorial del Ministerio de Educación, órgano donde están representadas todas las comunidades autónomas y que marcará las pautas a seguir en la aplicación de la entrada del ajedrez en las aulas españolas. Como al lector le puede resultar obvio, se necesitarán profesionales capacitados para ejercer la docencia del ajedrez en las escuelas. En este sentido, el presidente de la Federación Española de Ajedrez (FEDA), Javier Ochoa, el cual estuvo presente en la votación parlamentaria, asegura que ya existen cursos online muy valiosos a través de los cuales muchos docentes que ya trabajan en colegios y otros que lo hacen en actividades extraescolares pueden formarse (o de hecho ya los han realizado). En ello estoy de acuerdo, ya que uno mismo ha utilizado esta vía con un resultado satisfactorio para mejorar y ampliar conocimientos, los cuales se suman a la titulación y las experiencias que uno ya posee en la labor docente del ajedrez. Sin embargo, en este punto añadiré algo que creo que es de vital importancia, y que será expuesto más adelante. La ocasión requiere aunar esfuerzos y elaborar un currículo en el que la aportación de los profesionales que ya imparten ajedrez en todo el territorio nacional puede ser fundamental.
Pero antes de abordar esta cuestión, es importante prever lo que puede suceder en el futuro o tal vez debatir lo que debería suceder.
¿Quiénes impartirán ajedrez en los colegios?
El ilustre periodista Leontxo García, un gran divulgador del ajedrez, el cual tiene un espacio fijo en el periódico El País, comenta que en su opinión lo ideal es que las clases en horario lectivo de ajedrez sean ejercidas por los propios maestros que ya están en los colegios. Según él, resulta obvio que están muy bien preparados en conocimientos pedagógicos. En este sentido, a los maestros sólo les faltaría disponer de los conocimientos técnicos de ajedrez adecuados, y en ese apartado tendrían que ser formados por los técnicos en ajedrez. Por el contrario a esta corriente, los hay que opinan que más bien deberían ser los técnicos especializados en ajedrez quienes deberían formarse especialmente en pedagogía, creándose así un curso con una titulación específica que pudiera permitir su inclusión en los colegios. Alegan estos últimos que ya se han realizado algunas experiencias y no siempre han dado los resultados esperados, ya que en algunos casos ha fallado la implicación por parte del profesorado. Es algo así como decir, si me lo permiten, que ha llegado a faltar la pasión necesaria para creer en lo que se está haciendo. No voy a decantarme ni por una ni por otra opción pues creo que es un tema complejo y ambas partes tienen buenos argumentos. Por lo que respecta a mi experiencia personal, conozco un caso concreto muy cercano que daría la razón a la segunda teoría, si bien también pienso que por lo general quienes han estudiado magisterio están muy bien preparados y además hay en los colegios maestros muy receptivos con una gran experiencia para impartir cualquier nueva asignatura si realmente así lo desean.
Lo que creo que va a suceder
Debido a la situación económica que estamos viviendo, que esperemos mejore en los años venideros, el que escribe intuye lo que probablemente va a suceder. Basándose en el argumento de la escasez de recursos, desde ámbitos gubernamentales se optará por la primera vía. Si uno habla con los cargos de responsabilidad en colegios públicos los escuchará decir más de una vez que ahora mismo lo que les falta son recursos, aunque la mayor parte considere que es una buena idea utilizar el ajedrez como herramienta docente, especialmente en los primeros cursos donde la sobrecarga curricular es menor. Como digo, desde instancias gubernamentales (estado y autonomías) es de suponer que se optará por esta vía, aunque sé que desde instancias federativas se va a intentar que la labor docente la realicen especialistas en ajedrez.
En todo este proceso las federaciones, empezando por la FEDA así como por las de las distintas comunidades autónomas (en lo que nosotros respecta la Federación Canaria de Ajedrez) tienen un papel fundamental en el impulso de la formación específica de ajedrez, tanto si ésta es para un profesorado específico cómo si es para formar a los que ya trabajan en las aulas. Pero seguramente existen otros actores muy importantes, como no podía ser de otra forma. Estaríamos refiriéndonos a las universidades españolas.
Los monitores y entrenadores, piezas fundamentales para el éxito del ajedrez en el aula
Sea como fuere, el que escribe quiere romper una lanza en favor de formar un currículo exitoso, que no se limite simplemente a ser un trámite para realizar un curso sino que sea un currículo que asegure que los docentes tengan el mayor éxito posible con la asignatura de ajedrez. Para ello creo necesario contar con la experiencia de los monitores que durante muchos años han hecho carrera profesional con el ajedrez. Los hay repartidos por toda la geografía española y por supuesto también en la canaria. Sé que lo digo desde un punto de vista interesado pero creo que es a su vez justo y lógico. Contar con ellos y su experiencia creo que va a ser fundamental, especialmente a la hora de elaborar un material docente e impartirlo. Al fin y al cabo son los que están haciendo el ajedrez ameno a los alumnos a través de las actividades extraescolares, inventando recursos, creando rutinas y procedimientos para hacer que numerosos niños terminen en un curso escolar teniendo unos conocimientos básicos y duraderos del juego del ajedrez.
Ahora cambiando algo el tema a seguir, o más bien concretando en las labores cotidianas de un docente en ajedrez, quiero hablarles de algunos ejemplos que me han hecho reflexionar estos días.
Todos tenemos algo que aportar
Aprovechando el recurso de la red, quien les escribe está formando técnicamente a otro monitor que realiza una labor docente en un club de ajedrez de un pueblo gallego. En ocasiones mi alumno me comenta cómo son sus horarios y demás rutinas y labores de su trabajo cotidiano. En aspectos docentes ambos tenemos la misma profesión, si bien he llegado a la conclusión de que si técnicamente se podría decir que yo tengo más conocimientos específicos del juego del ajedrez, en lo que se refiere a la hora de nuestra labor como docentes sobre los niños que empiezan a jugar, tengo que reconocer que su trabajo es insuperable, con un éxito de cantera (que aquí en La Palma por supuesto también la tenemos y es un trabajo colectivo) que no tiene nada que envidiar a cualquier otra cantera de España, especialmente porque en edades tempranas es posible que sea la mejor o una de las mejores de Galicia. Con esto lo que quiero decir es que yo podré ser mejor jugador de ajedrez que él, y tener más conocimientos sobre el juego, pero seguramente aprendería mucho escuchando y observando como él imparte sus clases y no dudo que también el proceso inverso sería beneficioso para el maestro gallego. Al fin y al cabo, somos gente que trabajamos día a día con los alumnos y como se suele decir, cada maestrillo tiene su librillo.
Los niños, los protagonistas. Ellos suman y razonan
Por último, os cuento ahora una breve anécdota que nos puede dar una idea sobre cómo el ajedrez ayuda al alumnado de primaria, afianzando así sus conocimientos matemáticos y cómo además les hace reflexionar sobre aspectos de la vida cotidiana. Con los alumnos de primaria en los colegios hacemos una prueba sencilla a través de la cual tienen que hacer recuentos numéricos. Si a través de una serie de intentos, los niños consiguen sumar de forma exacta la puntuación de las piezas que se encuentren en el tablero, recibirán un premio. Mi sorpresa se produce cuando aquellos alumnos a los cuales parecía prácticamente imposible poder contar y sumar correctamente, lo terminan haciendo. Si bien me sorprendo aún más si cabe, cuando observo que todo resulta más sencillo si conseguimos implicar a un alumno mayor en la consecución del logro de quien tiene dificultades.
Además de esta ayuda en cuestiones matemáticas, la cual seguramente le podrá venir muy bien en el colegio al niño, al siguiente día le expongo el caso contrario. Si lo que les dije ayer es válido para determinados momentos del juego (el valor relativo por puntos de las piezas de ajedrez), en otros casos la realidad del ajedrez no funciona así. De este modo sitúo al alumnado frente a un ejemplo concreto: ¿cómo podemos decir que un peón vale un punto si se encuentra en la séptima fila y está a punto de convertirse en una dama?, ¿qué valor tendría entonces? , ¿9 o 10 puntos? Con esta reflexión les estaríamos induciendo a desarrollar pensamientos relativos.