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Los alumnos que enseñan

Desde Enero de 2011 he tenido la suerte de estar en contacto y dar clases de ajedrez al grupo humano de la Fundación Once en la Palma, continuando la labor iniciada por José Carlos Martín. Ahora que hemos hecho un receso hasta Octubre, quiero escribir estas líneas sobre las clases de ajedrez que veníamos realizando dos veces en semana.

Para empezar cualquier persona ajena a nuestro deporte-ciencia diría que es muy improbable que un invidente o deficiente visual pueda disputar una partida de ajedrez como el que más, ante eso, le invitaría a jugar un rato con Enrique Fariña (Quique para los amigos) y comprobar que las celadas, combinaciones y estrategias no se encuentran en unos iconos de madera, más bien se encuentran en el pensamiento, que es en lo que se basa el ajedrez.

Es cierto que dar clases a personas con dificultades visuales implica ser paciente, tanto para el que las imparte como para el que las recibe, pero precisamente paciencia es lo que le sobra a este grupo humano y la paciencia debe ser una de las virtudes del buen ajedrecista.

Por otro lado, si nos acercamos a estas personas y lo hacemos llevando el sentimiento de lástima o compasión, enseguida nos damos cuenta que estamos completamente equivocados, ya que muchos invidentes hacen una vida muy plena (ello es posible en gran medida a la ONCE) y son especialistas en ver el lado positivo de las cosas, con un especial sentido del humor que buena falta nos hace en estos tiempos que estamos viviendo. Además este que escribe, que ya no consigue enumerar la cantidad de alumnos a los que ha impartido ajedrez, siente especial agradecimiento hacia este grupo, pues junto a la virtud de mostrarme siempre su reconocimiento y respeto (algo que es lo común en la labor de un entrenador, aunque no siempre sucede así), también me hacen pasar momentos muy divertidos en las clases.

Pasó a citar a los alumnos  a los que he impartido clases y espero seamos más a partir de octubre: Quique (a él se debe la actividad), Lali (cuando se escapa desde los Cristianos), Victor  (un corredor de fondo en la Once), Encarna, Concha, Fermina, Manuela, Asterio, Carlos, Félix y Felipa. Además están los jugadores y jóvenes promesas que han pasado por la Once a jugar un rato: Isidro Cruz, Ricardo Scarpa, Sandra Herrera, Jorge Riverol, Cristina Díaz, Andrés García, Sergio Rodríguez, Ángel Luis Cubas.

Sobre la vez que vino Jorge hay una simpática anécdota; Quique esperaba que fuera uno de los alumnos pequeños y lo saludó correspondiendo a un tono de voz adecuado para la edad, enfocando además su rostro hacia la altura de un niño y dijo: ¡ hola! ¿y tú como te llamas? …cuando Jorge contestó se asustó un poco Quique, ya que se dio cuenta que no se trataba de un peque.

Por último, y no menos importante, quiero acordarme del más cariñoso y mejor ajedrecista del grupo, de Socio (y su amiga Elba), como su nombre indica, es el mejor colega de Quique y la referencia para todos.

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